martes, 5 de agosto de 2014

El Poder de las Palabras



Recientemente, dentro de uno de los programas de liderazgo juvenil que presentamos en verano, realizamos una dinámica donde los chicos aprendían el valor de la retroalimentación positiva y el bienestar que generamos cuando reconocemos con palabras los valores, actitudes y aspectos positivos de los que nos rodean.  La dinámica concluye luego con escribir y convertir en basura todas aquellas palabras que han recibido y los han dañado, herido, molestado o marcado de forma negativa.

Nuestra sorpresa fue ver, durante todo el ejercicio, muchas lágrimas. En inicio 2 o 3 de ellos por la emoción y alegría de recibir tantas cosas buenas en su retroalimentación.  Muchos expresaron que no están acostumbrados a recibir palabras positivas.  Pero al pasar a la 2da. parte del ejercicio, se multiplicaron las lágrimas de manera sorprendente...cuánto dolor y rabia retenidos en esos corazones!!.  Y pensar que muy probablemente fueron provocados por la gente más allegada y querida por ellos.

Reflexionaba con el equipo al cierre del taller sobre lo vivido y concluímos en el enorme poder que tienen las palabras.  En los jóvenes el impacto es mucho más fuerte pues tienen menos armas para defenderse del efecto de ellas, lo que hace que los padres y profesores tengamos que tener especial  cuidado con lo que decimos.  Pero igualmente nuestras palabras abrazan o dañan a todos los seres humanos con quienes nos comunicamos.


Hoy día es muy común ver, en todos los ámbitos y edades, como la gente juega a la franqueza y decir todo lo que piensa, pero sin medir el momento y la forma adecuada para no dañar a otro ser humano.  Todo se puede decir, el tema está en la forma. Cuidemos y pensemos cada vez que abrimos la boca...la lengua, así de pequeña, a veces es nuestra peor enemiga.  Revisemos nuestra inteligencia emocional y desarrollemos la habilidad de quizás no hablar en momentos de mucha rabia y molestia. Generalmente nos arrepentimos de lo dicho cuando ya no se puede recoger y casi nunca comprendemos la herida que dejamos dentro del otro. La regla debe ser para todo aquel con quien hablemos, pero cuidemos de manera especial nuestras relaciones primarias: hijos, parejas, familiares, amigos, estudiantes, compañeros de trabajo, clientes del negocio!!

Más importante aún es revisar las palabras que nos decimos a nosotros mismos.  Esas que pronunciamos o las que solo pensamos.  A veces nosotros mismos somos nuestros peores jueces y nos condemanos de forma inclemente.  Si no somos capaces de cuidar como nos tratamos a nosotros mismos, mucho menos vamos a ser capaces de cuidar cómo tratamos, con nuestras palabras, a los demás!



El psicólogo Richard Wiseman afirma que: "hacen falta cinco palabras positivas para contrarrestar el efecto negativo de un insulto" .  Nos tranquiliza pensar que el ejercicio de la dinámica con estos jóvenes pudo contrarrestar en algo y sanar parte de sus heridas.  Pero, conociendo esto, me gustaría invitarlos a acompañarme en un reto:  desde hoy, cada día, asegúrate de pronunciar por lo menos 5 palabras positivas a las personas con quienes interactúes.  

Te unes ... te atreves??

                                                                    Xiomi


Nuestros talleres de verano concluyen el próximo sábado 9 de agosto.  Si tienes hijos entre 12-17 años, regálales la oportunidad de soñar, definir sus metas, conocer sus potencialidades y desarrollar su Liderazgo Juvenil.  



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