Estoy segura de que a todos, y en más de una ocasión, nos ha sucedido que establecemos alguna relación (de amistad, trabajo, negocio, sentimental) que al final nos genera muchos dolores de cabeza, verdad? Y cuando comenzamos a revisar después del golpe, nos damos cuenta de que muchas de las causas las pudimos haber previsto.
Conversando con unas amigas mirábamos por qué muchas veces, sobre todo nosotras las mujeres, caemos en esta situación y, entre las muchas opiniones, aquí algunas razones comunes detectadas:
- Damos por hecho que todo el mundo trabaja con tu misma buena intención
- Sientes empatía o química con alguien y no evalúas nada más
- "Nos aceleramos"...corremos en nuestra capacidad de entrega total sin dejar que las relaciones lleven su tiempo y proceso natural
- No buscamos información de la persona y su entorno antes de involucrarnos en relaciones que representan mayores riesgos (suplidores, socios, parejas sentimentales)
En fin, que nos mueve mucha más la emoción que la razón!
El equilibro y combinación de estas dos figuras, cerebro y corazón, debe estar siempre presente. Aunque la intuición o las sensaciones que las personas nos generan son un buen indicador, estas deben ser ratificadas con las acciones lógicas que nos ayudan no a eliminar, pero si a disminuir los riesgos y dañinos efectos de las desiluciones, fracasos y rupturas de las relaciones. En el caso de los negocios, hay que tomar en cuenta que casi en su totalidad estas situaciones conllevan también pérdida económica.
Algunas recomendaciones importantes para ejercitar y convertir en hábito serían:
- Busca información. No siempre es por dudas, pero debes tener referencias. El entorno donde se mueve esa persona, su forma de relacionarse con otros, su historia, etc. Así tendrás una clara idea de qué esperar o de si esa persona/empresa tiene las características que buscas para incluirla en tu red.
- Define claramente el objetivo de la relación. No todas las personas o empresas son para todo. Cada una tiene sus fortalezas y debilidades. Si te dedicas a conocerlas, puedes entonces decidir en cuáles áreas o aspectos de tu vida o negocio las puedes integrar
- Manéjate con cautela. Construye y aporta en cualquier relación que inicie, pero hazlo gradualmente. Observa y evalúa de manera objetiva. La confianza crecerá en el tiempo si es una relación positiva y podrás entonces decidir con base sólida qué tanto más integrarte
En fin, que debemos construir relaciones sin temor, de manera sencilla y abierta como las palomas, pero sin dejar de ser astutos y precavidos como serpientes. Estoy segura de que en este instante a muchos les viene a la mente nuestro refrán popular de " buenos, pero no pendejos"!! :)
Yo estoy practicando equilibrar mi paloma con mi serpiente...y tú?
Xiomi